9 jul 2008

dado negrito con sopa wantan

Me van a robar, me van a robar. Había tirado impar con los dados y sus primos dijeron: Par, no te roban; pero impar, sí! y se rieron. Entonces él cogió su dadito negro y lo samaqueó dentro de su mano, tiró sobre la mesa, el dado rodó y siguió rodando, ya se iba a caer por un borde, pero alguien hizo barrera con la mano y el dado se detuvo en el uno. El peor de los impares. Me van a robar, me van a robar.

Sorbito hasta la última gota de sopa wantán de a luca. Si me van a robar, se dijo, será bien comido. Sus primos pagaron y al salir decidieron caminar hasta la plaza de armas todavía para coger taxi. Bueno, él se detuvo a media cuadra como para amarrarse el pasador. En realidad estaba metiéndose la plata en una media. Nunca te roban las medias, eso va a en contra del código. Cuál código, oe, si tu calzoncillo es John Holden te lo chorean también. A sus primos les encantaba en especial traumatizarlo más de lo que ya estaba. Siguieron caminando. Él se detuvo de nuevo. Otra vez a amarrarse los pasadores, bueno esta vez tampoco, en realidad trataba de mirar si sus medias eran de marca. Mier....!, reprimió una grosería, o yo evité escribirla, lo mismo da. El resto de trayecto lo hizo pensando que los choros deberían tener un código de moral. Las medias son sagradas. Juas juas, se rieron en su cara, aunque ellos la verdad, nunca se ríen diciendo juas juas, sino que dicen jaaaaaaaa!!, un ja bien largo y que tildaría si no fuera monosílaba. En fin, él también andaba pensando de estas cosas, porque quería alejar la idea nefasta de su mente. Rayos, si hubiera sacado un dos, pero no, sólo a mí me pasa, se dijo. Entonces dejaba de pensar, miraba bien atrás y adelante y se aseguraba de que el ratero invisible que los seguía, no estuviera a la vista. Todo tan bonito, Trujillo, la verdad, él se daba cuenta inconscientemente de que caminar a las 12 am por el centro de la ciudad era algo que no tenía precio. Miraba para atrás y toda la calle se alejaba hasta la plazuela el recreo a través del Banco de Crédito, el casino keops y más allá el Asturias, donde hacen unos postres muy ricos pero caros, vete allá si quieres ser causa, para postres ricos ya hay muchos rinconcitos donde además salen baratos, pero él no estaba pensando en eso. Si no fuera rochoso y no estuviera que se orinaba de miedo de que le roben, correría como sonso cantándose un valsesito de esos cosechando mis mares, sembrando mis tierras..., y correría tanto y daría tantas vueltas horas y horas como si nada, porque la noche era fresca y lo asistía con su dulzura y las calles lo impulsaban con tanta cosa colonial, que si todo el tiempo fuera así, podría correrse la maratón de RPP en Lima, bueno, lo haría si no detestara Lima, y si han leído otras entradas, por ahí se explica por qué odia Lima, yo no lo voy a hacer. En fin, algo así estaba la noche de suculenta, o sea que sí, mongolazo por andarse con miedos. Llegaron a la plaza de armas y de nuevo, ñañao la plaza de armas, con el monumento de la libertad al centro, traído de Francia en barco y sin que lo roben. Ellos fueron a acomodarse a lado de un tobogán ornamental. Y él otra vez a mirar por el ratero invisible que no los vaya a seguir o que al menos no se deje ver. Aunque mirando bien, había policía esa noche en la plaza y feliz. Allí no le robarían, a la policía se la respeta.

-A ver señoritas, bájense de ahí.

Sus primas y las hermanas de sus primas tuvieron que bajarse porque la verdad el monumento no está para que uno se siente encima porque hay una plaga en el mármol que lo carcome a razón de milímetro cuadrado por año, fíjate. O sea que capaz no tengamos plaza de armas para siempre. Y luego su primo, porque esto lo estaba explicando su primo, siguió fanfarroneando frente a las hermanas de sus primas: Para mí esta estatua de la libertad representa mejor el concepto que la que hay en Nueva york, porque además de ser grandota no tiene gracia. Y al punto que dijo "gracia" todos miraron a habichuela sin gracia, y él dijo qué me miran, y ellos dijeron, tu calzón con tiras... -.-U.... Chiste idiota. Bueno, su primo fanfarroneaba, pero el policía que también parecía del ejército no había dejado de fregar la paciencia.

-Ya, ya; a su casa jovencitos. Mañana hay colegio.

-Estudiamos en la tarde-dijo una hermana de mi prima, o fue mi prima?

-Igual, circulando, circulando. Niña, bájese de ahí.

Entonces él se acordó de la peli la boca del lobo, una peli que vio en donde la policía era muy despótica y peor que los terroristas. Y por eso le dio miedo de que el policía se cabreara y los matara a todos para enterrarlos en una fosa común al lado del monumento de la libertad; cosa harto absurda, es incluso absurdo decir que es absurdo porque se sobreentiende su absurdidez, no sé si me dejo entender. Porque para empezar el suelo de la plaza de armas también es de mármol y pobres policías, el trabajo que les daría estar picando y picando mármol toda la noche para enterrarlos en una fosa común. Bueno. Fueron a una esquina, creo que Orbegoso con otra calle que no me acuerdo el nombre, pero en toda la esquina está una pollería y al frente un centro de revelados fotográficos, digo, por si pasan por allí algún día, o noche. Sus primos pararon un taxi con toda la pinta de que capaz y les choreaban, y él cogió un taxi América, porque esos van al Mall y en el Mall no chorean, porque no es fashion. Y se quitó a su casa. El caso es que nunca le chorearon. Subió a la sala luego de llegar y se puso a jugar wow. Estúpido dado, si hubieras sacado par habría disfrutado más de la caminata nocturna sin necesidad de que me siguiera el choro invisible, se quejó.

Setenta años después, en su lecho muerte, él recordaría que nunca en su vida le robaron a partir de ese momento, digo, nunca le robaron ilegalmente, porque de lo legal ya sabemos que todos los días, y se murió feliz.*

*nota del autor: la veracidad de este último párrafo no está garantizada....la de los otros tampoco.